Despilfarro, pan y circo: El intendente Poletti opta por la fiesta e ignora las necesidades

La gestión del intendente Mauro Poletti ha vuelto a estar en el ojo de la tormenta, esta vez por un gasto desmedido que indigna a los vecinos de Ramallo.

En lugar de abordar las urgentes necesidades de la comunidad, se ha optado por derrochar más de 25 millones de pesos en una fastuosa fiesta en Pérez Millán, donde la prioridad ha sido «pan y circo» para mantener distraída a la población, mientras los problemas estructurales y sociales continúan sin resolverse.

Mientras las calles se ven cada vez más deterioradas, las escuelas luchan por mantenerse abiertas, y los centros de salud carecen de recursos básicos, el intendente Poletti ha decidido gastar 12 millones de pesos en la contratación del artista principal para la fiesta de la ciudad. Sin embargo, ese monto exorbitante es solo la punta del iceberg. El costo podría haber sido significativamente menor si no fuera por la intervención de intermediarios locales que, según fuentes confiables, inflaran el precio del artista como mecanismo de pago para asegurar lealtades al oficialismo.

Este despilfarro no termina ahí. A estos 12 millones, se suman otros 17 millones de pesos destinados a infraestructura temporal, pantallas gigantes, sonido y viáticos. En total, entre 25 y 30 millones de pesos que, en lugar de ser invertidos en soluciones concretas para las múltiples carencias del municipio y su gente, se han utilizado para una celebración innecesaria y desproporcionadamente cara, sobre todo en este contexto.

¿Y el responsable?

Podríamos pensar que la irresponsabilidad es del secretario de cultura, pero no es así. En un entramado de poder y dinero muy particular, la figura del Secretario de Cultura esta puenteada. Los acuerdos se hacen entre el circulo inmediato del intendente y con su aprobación y firma, y los beneficiados de turno, los intermediarios con figuras de productoras privadas que se quedan con su tajada, por contratar servicios que bien podría concretar el municipio en forma directa. Y esto es solo que recién asoma, de un gran negocio donde los vecinos solo forman parte del entretenimiento fugaz.

En medio de un ajuste feroz, con salarios que no alcanzan, servicios básicos cada vez más costosos y una seguridad que está lejos de estar garantizada, la decisión del intendente Poletti de priorizar el entretenimiento sobre las necesidades básicas de la comunidad es, cuanto menos, un acto de irresponsabilidad. Y no es el único.

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