Municipales rechazan miseria salarial
El conflicto salarial en Ramallo se profundiza. Los sindicatos que representan a los trabajadores municipales han rechazado de forma unánime la última oferta del gobierno de Mauro Poletti: un exiguo 4% de aumento, pagadero en cuotas de un punto por mes. Este rechazo se suma a la frustración de los empleados, que ya llevan tres meses sin ningún tipo de incremento salarial. La postura del Ejecutivo, que no ha mejorado su propuesta inicial, genera la preocupación de que los sueldos se mantengan congelados por cuarto mes consecutivo, a pesar del reclamo de los sindicatos de una recomposición de entre el 40 y 60% para poder, al menos, equiparar la canasta básica de indigencia.
La respuesta del gobierno ante la demanda salarial ha sido la misma que se escucha en el ámbito nacional: «no hay plata». Los funcionarios justifican la falta de fondos culpando a los recortes provenientes de la Nación y la Provincia, así como a una supuesta caída en la recaudación municipal. Sin embargo, esta excusa contrasta de manera llamativa con los gastos que la administración de Poletti ha realizado en otros sectores, gastos que han sido duramente criticados por la oposición y los propios sindicatos. Entre ellos se mencionan los shows musicales gratuitos, la compra de alimentos con sobreprecios y el alquiler de vehículos por cifras millonarias.
La situación es clara para los trabajadores: mientras a ellos se les niega una mejora salarial básica, el grifo del gasto público está abierto para otras cosas consideradas menos esenciales. Esta percepción se ve reforzada por las cifras oficiales, que muestran una deuda municipal cercana a los $3.600 millones en el primer semestre del año. La incertidumbre sobre si el gobierno dará el 1% de aumento por decreto o si los municipales percibirán alguna mejora en sus salarios este mes sigue latente, alimentando un clima de descontento que podría escalar si no hay una respuesta favorable a la demanda de los trabajadores.